domingo, 15 de mayo de 2011

La hipocresía

A continuación voy a exponer un tema que se encuentra muy vigente en la actualidad. Es curioso, porque hace dos horas exactamente han llamado a mi puerta dos personas proponiéndonos si en Agosto podíamos acoger a dos mujeres que vienen a predicar la palabra de Dios. A medida que esas dos personas nos explicaban en qué consistía nos mencionaron que los propios integrantes de la iglesia dudaban de dichas acogidas. Ante esta situación pensé y me dije a mi misma… yo, que no soy católica soy capaz de acoger a dos personas y ofrecerles mi casa, mi comida, mi baño y mi confianza mientras que personas que se consideran católicas no son capaces de ceder ante esta plegaria. Es muy curioso porque cuando llegan las fechas propias de la religión, la gente se alza a la calle y se manifiestan como verdaderos creyentes de Dios, pero a la hora de llevar a cabo la palabra de Dios, en este caso la acogida de dos personas , no son capaces de hacerlo a pesar de considerarse muy capillitas. La ignorancia de las personas en este caso me deja anonada. Desde mi experiencia personal nunca he acogido a ninguna persona del extranjero, pero pienso que debe ser una buena experiencia donde podrás aprender diferentes costumbres, y conocer la rutina de personas que se encuentran a medio mundo de ti. En España las familias de acogida oscilan entre las 40000 familias. Entre estos tipos de acogidas podemos diferenciar dos:
Mediante el cobro de la estancia del individuo, donde su permanencia en el hogar costará una cantidad determinada y aquellas acogidas en las que se hacen de manera gratuita como es mi caso por simple acción de buena fe y solidaridad. La buena acción cristiana es aquella que se hace con el corazón y no por el compromiso, es aquella que se realiza sin recibir nada a cambio, ya que tu recompensa será el estado de tu moral. Como hemos podido comprobar, no existe concordancia entre el manifiesto de tu religión con las acciones que conlleva la misma, es decir, en semana santa la mayoría de las personas se consideran creyentes y predicadores, pero las semanas restantes son incapaces de llevar acabo la acción por la religión de la cual se manifiestan ser. La hipocresía es un rasgo que desgraciadamente en la actualidad se presenta en numerosas personas.



Qué es la hipocresía? En rasgos formales la hipocresía se conoce como la exigencia por parte de personas o por grupos de personas de la realización de alguna acción que dicha persona no realiza. ¿Somos los españoles hipócritas? En mi opinión la respuesta a esa pregunta es un sí. Como podemos ver en el siguiente testimonio, se hace referencia a la hipocresía de los españoles.
Día tras día recorro cada acera, bar y semáforo en busca de algún solidario español que me permita venderle unos pañuelos o limpiarle el parabrisas a cambio de algo de dinero. Y aunque mi profesión es ésta, si así puede llamarse, también podríamos decir, con su permiso, que soy sociólogo.
Mi equipaje es ni más ni menos que lo puesto. Unos pantalones tan desgastados que bien podríamos decir que son trasparentes, una camisa que de blanca ha pasado a ser de color suciedad, y para que andarse con eufemismos...para q me entiendan, color ******. Una cazadora cuyo -único- adorno es también el único botón que le queda, y por supuesto todo ello inestimablemente adornado por unos zapatos en que la distancia del pie al suelo es tan pequeña que puedo sentir cada colilla que piso y cada charco que involuntariamente humedece mis pies al pasar.
A pesar de las escasas propinas y aunque indudablemente parezca mentira, les dire que mi vida, como casi todo lo mío, tiene algo único, un único lujo que no es si no otro de los muchos cancerígenos vicios mundanos. En mi caso ver la televisión o escuchar los "parlantes" de la radio de la tienda de objetos electrodomésticos que está al lado del banco donde duermo. Resulta absurdo, además de insultante el momento en que mis oídos recogen contantemente emisiones y reportajes, noticias o telediarios de nosotros. Los emigrantes. No hay español que al verlos no se compadezca...Menudo único y buen negocio que sería limpiar, o vender algunos de mis pañuelos en ese instante, pero tengo que conformarme con aguantar mil y una caras, por supuesto cada una de ellas únicas, de cientos de ciudadanos españoles al acercarme. Es entonces cuando la compasión que les invadía delante del televisor se esconde y acongoja para dar lugar a las sutilmente bruscas exclamaciones del tipo: tengo prisa!, apártate! o la más extendida de todas ellas... Vete a pedir a tu país!




Que buenos son ustedes frente al televisor. Ya... no me lo digan. Son sentimientos únicos que nunca se repiten...Sinceramente es un fastidio esta asociación mía con la -unidad-.
Lo cierto es que con tal de que nos apartemos son capaces de cambiar de acera, cerrar la puerta, subir la ventanilla... o poner cara de perro sarnoso a punto de morder con tal de que ni si quiera nos acerquemos. Además de eso, para que hablar de la única experiencia que vivo cada vez que reyes, políticos y todas esos parásitos presidentes de todo lo asquerosamente mediático saludan, dan la bienvenida y casi se arrodillan ante diversos de mis hermanos, hermanos porque todos somos emigrantes, pero he aquí la diferencia. Unos con "money" y otros sin él.
Al fin y al cabo nosotros no somos ningún desecho de la sociedad. Lo único que perseguimos es un único empleo, es más, uno cualquiera puesto q estamos dispuestos a aceptar sueldos únicos y no precisamente únicamente altos sino más bien únicamente rastreros que ningún orgulloso español estaría dispuesto a aceptar.


He aquí el fenómeno que mis hermanos y yo protagonizamos y que indiscutiblemente es algo -único-. Parece mentira, utópico. Fruto de una película horrible de ciencia ficción, venido de un mal sueño, que nadie se dé cuenta de que todos y cada uno pertenecemos a un único país, el mundo, y una única nacionalidad, la humanidad..
Como podemos observar en este testimonio resulta escalofriante toda la verdad que se refleja en sus palabras. Haciendo alusión a lo del acto de fe al acoger a personas y al ver la hipocresía de las personas aquí hay un ejemplo más de dicho rasgo. Como menciona el texto es verdad que las personas cuando visualizan una escena desagradable sienten compasión por los demás, pero cuando te los encuentras por las calles los desprecias como si fueran bichos raros. Parece mentira que para que la gente sienta compasión por los demás hay que verlos sufrir. He aquí la llamada hipocresía. Mostramos afectos a dichas personas a través de una pantalla de televisor, pero no resurge dicho afecto cuando lo tenemos a dos sentimientos de distancia… ¿Podremos llegar algún día a un estado en el que todos ayuden a todos y no existan diferencias ni muestras de racismos? Desgraciadamente dicha respuesta no está dentro de mis límites de conocimiento ni de ninguna persona. Es tan simple el hecho de comprar un paquete de clínex a un hombre. Esa acción ya representa un avance hacia una sociedad mejor donde la hipocresía cada vez se haga notar menos. Es muy sorprendente como la mayoría de la gente que no tiene nada es capaz de ayudar a los demás, mientras que las personas que lo tienen todo son tan egoístas que no son capaces de comprar un paquete de clínex al pobre inmigrante del cual has sentido compasión atravesó de tu televisión de 120 pulgadas.
Con este trabajo os transmito la idea de aprender a pensar un poco en los demás, de no ser el hipócrita que se esconde detrás de una pantalla de televisión y abrir los ojos hacia el mundo que tenemos y darnos cuentas que todos juntos podemos erradicar que otras personas iguales que tú sufran de manera desmesurada donde ellos lo único que te piden a cambio es que le compres un paquete de clínex.





Bibliografia:

Elaboracion propia

http://portal.bibliotecasvirtuales.com/foros/espanoles-sois-unos-hipocritas

http://es.wikipedia.org/wiki/Hipocres%C3%ADa



Trabajo realizado por: Ana Moya Trujillo.

Como te mencioné este es mi cuarto trabajo aunque solo se tuvieran que subir tres. un saludo.

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