sábado, 9 de octubre de 2010

El teatro español en la edad contemporánea.

En este trabajo vamos a exponer la historia del teatro español desde los inicios de la edad conterporánea (S.XVIII) hasta nuestro presente, pasando por algunos movimientos culturales como la ilustración,el romanticismo,el siglo XX, el teatro durante el franquismo y un poco del teatro actual con sus tendencias.

En primer lugar nos trasladaremos a la época del S.XVIII. En ese entonces se desarrolló un movimiento cultural al que denominamos La Ilustración. Este movimiento supuso una serie de cambios en cuanto a la concepción del hombre y a la sociedad.

Gracias a dichos cambios, los teatros de Madrid sufrieron un movimiento de reforma liderado por el dramaturgo Leandro Fernández de Moratín con su comedia "el sí de las niñas". La idea primordial de aquel entonces consistía en exibir una serie de obras concretas y omitir otras,ya que el teatro siempre ha tenido ideales progresistas y revolucionarios y lo conveniente e ideal era la publicación de obras que deberían amparar los ideales de verdad, virtud o moral o doctrinal.
Otra característica de este teatro consistía en que en dicha reforma,los papeles que se destribuian a los actores deberían de ser papeles merecidos y acordes con el nivel de cada uno, ya que de esta manera,el poeta o escritor se volvería más digno y se valorizaría mucho más la figura del director, pues esa era la finalidad de la reforma: mejorar la calidad total del teatro.

Las comedias de Leandro Fernandez de Moratín se caracterizan por la unidad del lugar,la unidad de tiempo,y la unidad de acción y se caracteríza también por un estilo cuidado y por los trazos psicológicos de algunos papeles.En "La comedia nueva o El café",Moratín critica a los malos autores y a la comedia posbarroca.

Las obras que triunfaron fueron las de comedia teatral y las comedias de magia, todo lo contrario de la comedia española la cual resultó un verdadero desastre debido a el exceso de posbarroquismo. En dichas obras,el decorado poseía un protagonismo especial,además de los escenarios exóticos y la aparición de seres fantásticos como duendes,hadas,enanos,gigantes...Aunque dicho género no terminó de gustar del todo por los neoclásicos ya que obserbaban en él un exceso de posbarroquismo,este género fue por lo general muy popular por el público.

Inmediatamente después,surge el llamado movimiento romántico. En esta época,gracias al reinado absolutista de Fernando VII,el teatro sufrió un retraso,pues el teatro siempre ha sido bastante revolucionario y efectivamente esto no era conveniente para el rey.

El teatro romántico se caracteriza por una serie de carácteristas que modificaron el teatro de manera importante;
se rechazan las reglas neoclásicas,se mezclan los elementos de lo cómico y lo trágico,la prosa y el verso con una gran variedad métrica y ya la obra se dividía en 5 jornadas o actos en vez de tres. El drama que más triunfó fue el drama histórico-legendarío donde el héroe muere de forma trágica defendiendo hasta el último momento su amor o su honor. Las preocupaciones sociales como el abuso del poder solían reflejarse continuamente y los ambientes solían ser nocturnos en medio de una naturaleza más bien turbulenta.

El dramaturgo romántico español más importante fue José zorrilla,con su obra Don Juan Tenorio. En teatro,se representó la obra como "El burlador de sevilla y convidado de piedra" atribuida a Tirso de Molina.
Y para finalizar,en 1830 fue inagurado el Real Conservatorio de Música, donde los estudios de interpretación se volverán más firmes y sólidos.



(escena de Don Juan Tenorio)



A finales de siglo XIX y principios del XX, Europa tuvo la gran suerte de sumergirse de la mano de grandes escritores como Stanislavski, Gordon Craig, Appia, Chéjov o Pirandello, pero España empezó a quedarse un poco atrás. De este modo, las compañías teatrales de Gabriel Martinez Sierra o de Margarita Xirgu, se juegan el tipo constantemente intentando que sus obras triunfaran mientras José Echegaray, Premio Nobel de Literatura en 1904, complacía las expectativas del público teatral burgués.

Benito Perez Galdós se atrevió a crear personajes femeninos, en obras repletas de fanatismo y oscurantismo. Jacinto Benavente se caracteriza por que aporta el punto final del tono melodramático y grandilocuente en el teatro. Nace de su mano el realismo moderno con obras como "Los intereses creados" (1907) o "La Malquerida" (1913).



(escena de Los Intereses Creados)



Valle-Inclán en cambio, desarrolla su obra en medio de una corriente de libertad creativa. Su teatro es innovador, crítico y profundamente original. Incluso fue muy criticado por ello, ya que algunos calificaban sus obras como aberraciones y esperpentos. La obra sobre las tablas de Valle-Inclán no recibió en su momento la consideración que merecía, como tampoco la recibieron el resto de los autores de la generación del 98, como Azorín, Pío Baroja o Unamuno. Por fortuna, los hermanos Machado obtuvieron reconocimiento con obras como La lola se va a los puertos (1929) o la Duquesa de Benamejí (1932).

El teatro mas vanguardista busca una representación menos comercial y apartada de los escenarios de los grandes teatros, pero es gravemente mutilada al ser víctima de la Guerra Civil Española y del asesinato de García Lorca, ya que frustraron una exitosa y prometedora carrera en teatro. La colaboración de García Lorca con Margarita Xirgu permitió que la obra del dramaturgo-poeta llegase a ser vista en los escenarios de los principales teatros españoles. Cabe destacar el estreno en Barcelona de Mariana Pineda con decorados de Salvador Dalí.

Después del trauma de la guerra que dio paso a la época franquista, los dramaturgos de la posguerra tuvieron que enfrentarse a una gran y dura censura que hacía bastante difícil, incluso casi imposible, ofrecer a los lectores una visión crítica de la realidad que había en esos momentos.

Son dos las figuras que más han destacado al desenmascarar, aunque desde perspectivas diferentes, la realidad de la que nadie quería hablar públicamente: Buero Vallejo y Alfonso Sastre.



(Antonio Buero Vallejo)



El teatro de Buero investigaba en la condición trágica y ambigua de la libertad humana, mientras que la obra de Sastre, siempre con una trayectoria totalmente comunista, presenta el teatro como un instrumento de acción un tanto revolucionario.
A finales de la década de los cincuenta surge una nueva promoción, la de los autores de la llamada "generación perdida". Alguno autores como Lauro Olmo, Martín Recuerda o Luis Matilla adquieren rápidamente conciencia de grupo por su común marginación de los escenarios públicos.
Todos ellos coinciden en la mayoría de sus planteamientos: continúan con la línea del realismo crítico, hablan de la explotación del hombre por otros hombres, y de la injusticia social. A lo largo de la década de los sesenta aparece un nuevo grupo de autores, tan atosigados por la común y dura censura como los anteriores que hemos nombrado. Se caracterizan, generalmente por su rechazo al realismo y por su interés experimentalista. Su estilo se integra en las nuevas formas del teatro vanguardista, desde las del teatro del absurdo a Artaud, Brecht o Grotowski. Entre estos autores destacan José Ruibal, Francisco Nieva o Fernando Arrabal.

Este último, Fernando Arrabal, es el autor de alguna de las piezas más representativas del teatro de este siglo. Es también en las décadas de los sesenta y setenta cuando se produce la efervescencia de los grupos independientes, que están vinculados a la figura de un director o autor o experimentando, teniendo fórmulas de creación colectiva. Estos grupos aparecen con una decidida vocación de resistencia antifranquista, huyendo e ignorando la censura impuesta en el país, y una actitud de búsqueda en cuanto a novedosas concepciones escénicas y técnicas interpretativas. Apartados del teatro oficial, su teatro fue introduciéndose en universidades, centros culturales y colegios mayores. Grupos como Tábano, el TEI (Teatro Estable Independiente), Goliardos, Cómicos de la Legua, Esperpento o muchos otros contribuyeron a dinamizar la vida teatral española en las postrimerías del franquismo.

Con la vuelta de la democracia se produjo una renovación del teatro en el país. Diversos directores, hombres y mujeres del teatro que hasta entonces habían estado casi siempre vetados, como son los casos de Miguel Narros o Nuria Espert u otros nombres nuevos, como Lluís Pascual; acceden a la dirección de los teatros nacionales, centrando sus programaciones en las grandes obras de algunos dramaturgos clásicos y contemporáneos y recuperando a los autores españoles del 98 y principios de siglo, como Lorca o Valle-Inclán.

La enorme revitalización de textos considerados como clásicos se ha asociado a una crisis de producción de textos dramáticos originales.
Sin embargo, los grupos independientes han ido perdiendo vigor y bastante presencia en los teatros españoles. Tan sólo unos pocos han logrado subsistir y han conseguido mantener una continuidad, tales como "Els Joglars", dirigido por Albert Boadella, cuyos montajes, la mayoría de las veces polémicos y provocadores, cuentan con el apoyo incondicional del público que lo ve; "Comediants", que reivindica un teatro de temática festiva, de grandes máscaras, de gigantes y cabezudos: un teatro que coincide a veces con nuestro folclore y fiestas populares, un teatro de espacios abiertos; o "La Fura dels Baus", grupo que se autodefine como “organización delictiva dentro del panorama actual del arte”, y en cuyos montajes se vierten todos los supuestos habidos de la representación teatral, empezando por el espacio del público, constantemente sintiéndose violento por las acciones. En consonancia con las tendencias internacionales, estos grupos tienen una visión del teatro como espectáculo total, no solamente textual, incluyendo en sus montajes otras formas de expresión artística como la fotografía, el vídeo, la pintura o la arquitectura.

Actualmente, la recuperación de obras prohibidas va bastante pegada o unida a la representación de grandes autores extranjeros que durante el franquismo no pudieron ser estrenados en España por culpa de la censura de la que hablamos antes. Además, los poderes públicos se interesan en promover el teatro, y surgen instituciones vinculadas al Estado o a las Comunidades Autónomas, como el Centro Dramático Nacional o la Compañía Nacional de Teatro Clásico.

Aún así, el teatro español actual sigue siendo dominado por un teatro de corte comercial, integrado a menudo por piezas humorísticas de gran calidad, mientras que los dramaturgos actuales tienen bastantes dificultades para llevar sus obras a escena. Muchos de los grupos independientes surgidos en el período anterior han desaparecido, pero otros han subsistido gracias a su gran capacidad para conectar con el público a través de espectáculos de gran impacto visual. A la vez se ha producido un crecimiento casi masivo del llamado teatro alternativo, que presenta sus propuestas innovadoras en salas de pequeño aforo, normalmente con un presupuesto reducido.

Es difícil señalar unas corrientes definidas en nuestro teatro actual. Puede contarse el resurgimiento de un teatro social, costumbristas y crítico, y la importancia que se le da a los distintos aspectos de la representación (montaje, escenografía, juegos de luces o sonidos, etc.), del texto, que con frecuencia queda reducido a un segundo plano.

Trabajo relizado por Victoria Butrón y Paula Baldomir, 2ºBachillearto B.
Fuentes:
Libro de Lengua y Literatura de 1ºBachillerato, por Salvador Gutiérrez, Joaquín Serrano y Jesús Hernández. Editorial Anaya.
http://ejepeatonal.com/article304.html
http://www.wikipedia.es
http://www.kalipedia.com/lengua-castellana/tema/tendencias-teatro-actual.html?x=20070418klplyllic_429.Kes&ap=0

Imágenes:
http://www.google.es

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