domingo, 7 de noviembre de 2010

Joaquín Sorolla

El arte es algo fascinante.

Puede que sea por su complejidad, creatividad, variedad, o simplemente por lo que es:
'Una forma de expresión producida por la inspiración, la manifestación de la creatividad y los sentimientos humanos.'
Dentro de las ramas del arte, la pintura es mi preferida.
Todos sabemos que la pintura tiene varias etapas, y cada etapa tiene sus pintores más característicos.
En este trabajo, voy a centrarme en uno de los mayores pintores españoles de todos los tiempos, Joaquín Sorolla.

(autorretrato)

Su nombre completo es Joaquín Sorolla y Bastida. Nació el 27 de Febrero de 1863 en Valencia. Con tan sólo dos años, quedó huérfano y estuvo, junto a su hermana Eugenia, al cuidado de sus tíos, quienes intentaron inculcarle el oficio de la cerrajería antes de darse cuenta de que su verdadera vocación era la pintura.

Comienzo de la Etapa de formación.

A partir de 1874, empezó a estudiar en la Escuela Normal Superior y a recibir clases nocturnas de dibujo en las Escuelas de Artesano, Valencia. Más tarde, cursó en la Academia de Bellas Artes de San Carlos, donde conoció al hermano de la que sería su esposa en 1888, Clotilde García.

En esta época con su formación académica inacabada, pintó Marina (1880), donde podemos observar que aún no ha recibido las influencias del impresionismo que caracteriza a este pintor. Es una obra sencilla, uno de sus primeros cuadros.


Sorolla consiguió numerosas medallas por algunas obras como Defensa del Parque de Artillería de Monteleón.
Esta es una obra oscura y melodramática hecha específicamente para la Exposición Regional de Valencia, y tal como dijo él: 'Aquí, para darse conocer y ganar medallas, hay que hacer muertos.'
Como joven estudiante que era, demostró que era capaz de dominar el arte de la pintura histórica, favorita de los salones y los concursos oficiales de la época.

Estudió durante su etapa de estudiante las obras del Museo del Prado, y gracias a una beca por su obra El crit del palleter,

cuyo tema trata sobre la Guerra de la Independecia y está basado en un personaje histórico relacionado con la invasión de los franceses en el territorio valenciano, pudo residir y estudiar durante 5 años en Roma, donde conoció el arte clásico y renacentista, además de otros artistas, con apenas 20 años.

Aunque lo que más le influirá sería el viaje con su amigo el pintor Pedro Gil a París en 1885, viviendo de cerca la pintura impresionista, lo que supuso una verdadera revolución para su estilo y variando considerablamente la temática de su obra.

A su vuelta a Roma, pintó El entierro del Cristo.

En esta obra siguió la tendencia academista. No tuvo el éxito que esperaba. Sorolla introduce el naturalismo y las influencias vanguardistas europeas, como las obras de los pintores John Singer Sargent, Giovanni Boldini y Anders Leonard Zorn.

Su última obra en la etapa de formación fue Moro con naranjas (1885-1886)
Su estancia en Roma no influyó para nada en su técnica.

A partir de entonces, comienza la Etapa de consolidación del pintor.

Más tarde volvió a Madrid, ya casado con su novia de siempre, Clotilde García del Castillo, donde adquirió cierta fama y prestigio como pintor.
Clotilde fue una mujer fiel y abnegada, figura importante en la vida del pintor. Fue la colaboradora administrativa de su marido. La mujer que mantenía la tranquilidad hogareña que tanto necesitaba una persona tan individualista como Sorolla. Era una mujer sencilla, más bien austera, pero con el paso del tiempo y debido a los compromisos de su marido fue adquiriendo mayor refinamiento y elegancia. En resumen, una gran mujer a la sombra de un gran artista.

En Madrid, Sorolla comenzó a preocuparse por los problemas sociales de la época. Aquí se puede observar cuales eran los temas predilectos del pintor: las constumbres regionales y su querida España.
Durante esta época pintó numerosos cuadros, como por ejemplo:

El pillo de la playa (1891)


Trata de blancas
(1894)


Sorolla adaptó mediante esta obra el realismo social que dominaba en la época. Para ello, la temática se mantiene costumbrista, y sería el título el que denunciaba los problemas sociales.

Y aún dicen que el pescado es caro (1895), es otra de sus obras de denuncia social que tuvo un gran éxito.

En 1894 volvió a viajar a París, donde desarrolló la técnica que sería característico de su obra a partir de entonces, el iluminismo, que consistía en dar preponderancia al color y la luz. Dicha tendencia estaría íntimamente ligada al personaje de Sorolla a partir de entonces, y fue influida por el impresionismo parisino, ya que durante su estancia estuvo en contacto con numerosos impresionistas franceses, entre ellos, Monet, quienes daban una mayor importancia al color y la luz que los tonos oscuros y lúgubres.

Comenzó a pintar al aire libre, dejándose invadir por la luz, combinándola con maestría, con escenas cotidianas y paisajísticas de la vida mediterránea.
Son precisamente las obras de colores claros y pincelada vigorosa de las escenas a las orillas del mar las que más se identifican como el arte de Sorolla, por ejemplo:

La vuelta de la pesca


La playa de Valencia



Triste herencia
Esta obra recibió el Gran Prix en el certamente internacional de París, en 1900.

Esto marca el comienzo de otra etapa, la Etapa de culminación.

Durante la década del 1900, se instalaba preferentemente en las playas de Valencia, con su caballete, y fue allí donde produjo la mayor parte de sus obras de la etapa de culminación, que tendría más tardes gran popularidad en toda Europa y América.
Se trata de cuadros cuyos motivos se centran en niños bañándose en el mar y pescadoras con sus hijos, con profusión de reflejos del sol y el agua en los cuerpos desnudos de los niños y las vestimentas de las mujeres. Los colores vibran, así como las sombras, las que no son de carácter compacto, sino pintadas con gran variación de violetas y marrones.

Desnudo de mujer (1902)



Paseo por la playa (1909)

Esta es una de sus obras más famosas, donde podemos ver la faceta retratista del pintor, ya que las dos mujeres que aparecen en el cuadro son su mujer Clotilde, y su hija Elena, ambas vestidas con vaporosos vestidos blancos paseando por la playa valenciana.

Clotilde con traje de noche (1910)


A partir de entonces, su éxito es cada vez más prominente.
Valencia le nombró como hijo predilecto y meritorio, y dió su nombre a una calle.

(foto de la calle Pintor Sorolla, en Valencia)

Celebró numerosas exposiciones, cosechando éxitos por toda Europa y América. Varias obras fueron expuestas en los museos de Paris y Nueva York, entre ellas:

Sol de la tarde.



Nadadores, Jávea (1905)


Así comienza su última etapa, la Etapa final.

Fifth Avenue, Nueva York (1911)


En 1911, firmó el encargo que sería una de sus mayores obras con el Hispanic Society of America, catorce murales que decorarían las salas de la institución, conocidos como Visión de España.

Los motivos conforman un mosaico de prácticas y tradiciones de las más importantes comarcas españolas: entre otros ‘La fiesta del pan’ representa una costumbre de Castilla; ‘La jota’ muestra el baile típico de Aragón; ‘Los bolos’, el deporte practicado en Guipúzcoa; y ‘Los nazarenos’, las procesiones de Semana Santa en Sevilla. También comprende estampas de comarcas como Valencia, Galicia, Extremadura, Huelva y Cataluña.
Necesitó para acabarlos 6 años, desde 1913 hasta 1919.

Es una obra de 3,5 metros de alto por 70 metros de largo, donde representa las escenas caracteríscas de provincias españolas.


Para ello, tuvo que viajar en 1912 por todo el territorio para realizar bocetos, trabajos sobre las costumbres y paisajes de los distintos lugares.

De estas tareas destacan los óleos dedicados a los niños y las mujeres de las playas de Valencia, donde hay un predominio de la libertad de pincelada y la luz de su tierra, como por ejemplo:

Madre e hija


Pescadora valenciana (1916)

Esta obra fue pintada en una de sus estandías en Valencia mientras trabajaba en Nueva York.

Después de recorrer el Alcázar en su primera visita a Sevilla, donde pintó algunos motivos de sus jardines, como Fuente Alberca de Alcázar (1908), Sorolla desarrolló una pasión por las vistas de jardines, sean de ámbitos privados o lugares públicos.

Jardín de la casa de Sorolla (1918-1919)

Esta obra, donde podemos ver que su pasión por pintar jardines sigue presente, es sólo una obra de una serie de cuadros de su propio jardín, con el título en común de Jardín de la casa de Sorolla (1918-1920).

Sorolla también tuvo la faceta de retratista. Pintó a figuras importantes como Juan Ramón Jiménez, el rey Alfonso XIII, Ortega y Gasset, Vicente Blasco Ibáñez, etc.

Retrato de Raquel Meller (1918)


En 1919, tras acabar los murales, empezó a trabajar como profesor de composición y color en la Escuela de Bellas Artes de Madrid, representando su pintura como la aplicación directa de luz al paisaje, llevando esta tendencia a la sociedad de la época. Su principal discípulo fue Teodoro Andreu.

Ayamonte (1919)

En 1920, mientras pintaba el retrato de la señora de Pérez de Ayala en el jardín de su casa de Madrid, sufrió un ataque de hemiplejía que mermó considerablemente sus facultades físicas y mentales.

Retrato de la señora de Pérez de Ayala (1920)

Fue su última obra, que quedó inconclusa acausa del ataque de hemiplejía que marcó los últimos 3 años de su vida.

Murió en su casa de Cercedilla, el 10 de agosto de 1923, con sólo 60 años.

Dos años después de la muerte de Sorolla, su viuda Clotilde García del Castillo testamentó sus bienes al Estado español con el fin de crear un museo en memoria de su marido. El legado fue aceptado en 1931, y el museo se inauguró el 11 de junio de 1932. El primer director fue Joaquín Sorolla y García, único hijo varón del matrimonio.

Sorolla fue uno de los pintores españoles más prolíficos y descatados de todos los tiempos, siendo sin duda el más conocido de finales del siglo XIX y principio del XX, y con su muerte nos dejó más de 2200 obras catalogadas, que se encuentran en museos de todo el mundo y en colecciones privadas de aquellos afortunados.

Unamuno dijo una vez que la visión de Sorolla estaba llena de brillo, alegría y de una sensual luminosidad.
En uno de los escritos de Sorolla, podemos encontrar unas pocas palabras que usó para definir lo que la pintura significaba pra él:
"Me sería imposible pintar despacio al aire libre. No hay nada inmóvil en lo que nos rodea. Pero aunque todo estuviera petrificado y fijo, bastaría que se moviera el sol, lo que hace de continuo, para dar diverso aspecto a las cosas".

Biobliografía:

http://www.artespain.com/joaquin-sorolla/sorolla_biografia.htm
http://artespana.nosdomains.com/bio/pintores/joaquin_sorolla.htm
http://es.wikipedia.org/wiki/Joaqu%C3%ADn_Sorolla
http://www.arteespana.com/joaquinsorollaybastida.htm
http://www.biografiasyvidas.com/biografia/s/sorolla.htm
http://www.guzmanurrero.es/index.php/Arte/Biografia-de-Joaquin-Sorolla.html
Imágenes obtenidas de Google y una propia.

Trabajo realizado por Jia Qi Zeng Xiang 2ºbach A

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