martes, 30 de noviembre de 2010

Sustentabilidad del sistema sanitario


Se habrán dado ustedes cuenta, que no hemos empleado la palabra tan de moda de sostenibilidad (de nuestra economía , de nuestro sistema sanitario ... ) porque queremos referirnos a sustentabilidad partiendo de lo que consideramos el sustento, y sustento es : lo que necesita un organismo vivo para pervivir y desarrollarse. Entiendemos que la sostenibilidad es aguantar algo en el punto en donde esta independientemente de si es bueno y se desarrolla de una forma eficiente para los ciudadanos. Entiendemos pues que la sanidad debe de tener el sustento necesario para que perviva siendo eficiente lo cual actualmente debido al enorme grado de ineficiencia que hay en el sistema sanitario es lo que no permite que sea sostenible, por lo tanto busquemos el desarrollo del sistema sanitario a través de la sustentabilidad la cual hará que en el futuro siga perviviendo con sus valores de universalidad y gratuidad.

Hemos hablado de gratuidad. Los ciudadanos debemos de entender que el sistema es gratuito en cuanto al acceso de todos a los servicios que presta, pero que lo pagamos todos por medio de los impuestos. Es por ello que todos debemos ayudar a que el sistema perdure desde los ciudadanos, personal sanitario, directivos y políticos.Para ello creo importante una serie de iniciativas que nos lleven a conseguir el objetivo de perdurabilidad de nuestro sistema universal y gratuito.

1.- Es muy importante la cohesión sanitaria entre las comunidades autonómicas lo que llevaría a unificar criterios y coordinar actividades para evitar desigualdades en salud. Es necesario que se defina con criterios de equidad y sustentabilidad una cartera de servicios homogénea y suficiente en todas las autonomías. En particular es imprescindible que se desarrolle un sistema de información coordinado y que el acceso a la mejor evidencia científica sea una realidad para los profesionales. La sanidad no debería utilizarse como argumento de enfrentamiento entre partidos.

2.-Un gran avance sanitario español se produjo tras la aparición del sistema MIR para formación de postgrados. Este fue un paso básico y eficaz para que nuestra sanidad, especialmente la hospitalaria, tuviera la calidad actual. En el curso de los años hemos observado que la planificación de necesidades futuras de médicos, si se ha realizado, ha sido desacertada a la vista del reducido número de médicos en España. Esto ha obligado a la importación de médicos con diferente grado de formación real. Como consecuencia de la escasez de médicos ha aparecido competencia entre diversas autonomías y diferencias salariales que podría haberse evitado, si existiera una adecuada programación de las necesidades de profesionales y una real coordinación entre autonomías.

Al mismo tiempo, hemos podido apreciar que no se ha utilizado la totalidad del potencial docente de nuestros hospitales y en no pocos casos la formación de los residentes se ha ido deteriorando o dejando en manos de otros residentes en formación de cursos superiores. Para comprobarlo sugiero acudir a la urgencia de un hospital docente y comprueben cómo sus puestos asistenciales, que son de elevada responsabilidad, son asignados a personas en formación. Además, la formación de los alumnos en las Facultades de Medicina no se ha adaptado a los tiempos actuales, predominando enseñanzas teóricas, siendo las prácticas en muchos casos de baja calidad, encaminándose sobre todo a resolver los exámenes test del MIR y careciendo de formación en el conocimiento de nuestro sistema sanitario y de su uso correcto y sustentable. Es necesario que conozcan nuestro sistema sanitario y la ética de actuación en el mismo. No olvidemos que la actividad sanitaria es gestionada de forma diferente a otras, ya que la responsabilidad de la gestión diaria recae en los profesionales, especialmente médicos. Ellos son los que recetan, intervienen, hospitalizan o indican pruebas siendo las verdaderas unidades de gasto del sistema.

Como respuesta a las carencias de médicos y especialistas proponemos poner en marcha mecanismos eficaces de coordinación entre responsables sanitarios y educativos para que se planifique en el más breve plazo de tiempo posible la corrección de este problema. Para ello es preciso que se adapten a las necesidades reales las plazas en las Facultades de Medicina y en las convocatorias MIR, así como que se actualice y mejoren los planes de formación de médicos y especialistas.

3.-Y sin salir de la enseñanza queremos recordar que la salud no solo es asistencia sanitaria. Una mejora de la educación de nuestros conciudadanos es básica para que se mejore tanto la salud global de la población como para que se haga un buen uso de los servicios sanitarios. Los datos señalan que los españoles hacemos más uso de los servicios sanitarios. Nuestros ciudadanos visitan al médico más de diez veces al año, un 60% más que la media europea, acuden un 50% más a urgencias que en el resto de países desarrollados y nuestro consumo farmacéutico es mayor (especialmente en el sector de pensionistas) que en países de nuestro entorno. Como propuestas, en lo referente al modelo educativo creemos que éste, en su asignatura de Educación para la Ciudadanía, debería incluir la formación en aspectos que van a condicionar su salud futura como hábitos alimenticios, prácticas de vida saludables, seguridad vial, drogadicción así como en los valores de nuestro Estado de Bienestar y en particular de los fundamentos y funcionamiento de nuestro sistema sanitario. En esta asignatura debe aclararse el concepto de medicina gratuita ya que el ciudadano debe ser consciente de que toda asistencia tiene un coste que es asumida por el conjunto de la sociedad. Es posible que así nuestros jóvenes tengan una perspectiva real que les ayude a mejorar su salud futura y aprendan a respetar y bien usar nuestro sistema sanitario.

4.-España debe potenciar la industria asociada al sector sanitario. Estaremos todos de acuerdo que un país avanzado como el nuestro no solo debe tener una buena red de servicios sociales sino que debe producir productos elaborados para su propio consumo y el de otros países. En sanidad nos encontramos con la paradoja de que tenemos una buena asistencia sanitaria pero que carecemos de desarrollo tecnológico propio. El material que utilizamos para tratar a nuestros pacientes no suele ser de origen nacional. Esto ocurre tanto en lo referente a instrumentación como en productos farmacéuticos o nuevas tecnologías. Curiosamente tenemos el mercado (nuestra red sanitaria) pero no productos propios para ella.

Es preciso que desde la Administración se estimule un I+D eficaz que permita desarrollar una industria sanitaria innovadora que serviría no solo para contribuir eficazmente al tan nombrado cambio de modelo productivo sino también a proveer a nuestros hospitales de productos nacionales. Para ello la ayuda a la investigación debe ir acompañada del necesario control de resultados, cosa que no se hace en la actualidad de forma eficaz, potenciando aquellas iniciativas que sean capaces de producir productos innovadores y que puedan ser utilizados por nuestra sanidad.

5.- Y entrando en la cuestión más importante relacionada con la sustentabilidad de nuestro sistema sanitario, la financiación y su organización, vamos a resumir la situación. Desde el punto de vista del gasto la sanitaria es la mayor actividad de gestión pública de algunas autonomías. Aunque se habla mucho del control del gasto farmacéutico, más del 50% del gasto sanitario es gasto hospitalario sobre cuyo control se comenta menos. Si queremos hacer que nuestro sistema sanitario (insistimos, universal y gratuito) sea realmente sustentable habrá que abordar la organización de nuestra red sanitaria y la eficiencia hospitalaria. Los hospitales han ido creciendo de forma no bien ordenada en relación sobre todo con los conocimientos e iniciativas de sus profesionales. ¿Está realmente coordinada nuestra red hospitalaria?. En el mismo hospital donde se hace un procedimiento complejo se realizan otros básicos que podrían efectuarse de forma más eficiente en otros hospitales. En los últimos años se han realizado esfuerzos de mejora con la red de comarcales pero aún queda por hacer. La red hospitalaria española está bien diseñada sobre todo para dar respuesta a problemas agudos. Somos capaces de asistir enfermedades complejas, realizar cirugía de primera línea y ofrecer al ciudadano la mejor tecnología. Ya sabemos que somos capaces de realizar complejos trasplantes pero, ¿somos capaces de dar respuesta eficaz a muchos otros problemas cotidianos y menos llamativos?

Es evidente que no obstante no tenemos bien resueltos otros problemas de salud que precisan menores recursos o tecnologías sanitarias como son la adecuada rehabilitación o recuperación de problemas médicos o quirúrgicos de aquellas personas que carecen de recursos sociales o familiares. Un reto actual en nuestra sociedad es el derivado del envejecimiento de la población y del cambio de modelo social en lo referente a cuidadores familiares, derivados especialmente de la incorporación de la mujer al mundo del trabajo y del incremento de personas que viven solas. Esto nos enfrenta a un previsible incremento de necesidades asistenciales sanitarias en especial en personas con enfermedades subagudas y crónicas, en convalecientes de procesos agudos y/o en pacientes frágiles no solo desde un punto de vista sanitario sino también de su soporte social y familiar. Se precisa una adecuación de nuestros servicios sanitarios a estos nuevos desafíos.

Así en lo referente a hospitales es necesario que se articulen medidas reales que midan la eficiencia de los hospitales y de sus unidades funcionales (unidad de trauma , cirugía ,cardiología,etc) y se valore ésta a la hora de proporcionar recursos. Es decir no podemos seguir financiando año tras año los déficits hospitalarios sin tomar medidas correctoras. Una gestión hospitalaria eficiente, es decir de calidad y al menor coste es necesaria para nuestra sociedad y es lo único que la hará sostenible. Al igual que en la factura farmacéutica se ha potenciado el uso de medicamentos que sean igualmente eficaces al menor coste es racional e inevitable contemplar que hospitales eficientes sean potenciados y presupuestados económicamente más que los que no lo son. Los elementos ineficientes son los que cuestionan la universalidad y gratuidad de la medicina del futuro. Es decir hay que habilitar una fórmula real de competencia entre hospitales y que el ciudadano decida a cuál va con la posibilidad incluso de que un centro ineficiente pueda desaparecer.

Por otra parte, como todos conocen, los hospitales están sometidos una presion asistencial permanente y listas de espera no deseadas. Además, en los hospitales la disminución de la estancia media es un objetivo permanente. La medicina actual, en particular la hospitalaria está diseñada más para asistir a problemas agudos que para estos otros, que van a ser cada vez más frecuentes y donde la reincorporación del enfermo a su ámbito no se puede producir de forma tan rápida. Estos pacientes frágiles suelen tener un período más lento de recuperación de sus enfermedades lo que ocasiona estancias hospitalarias más prolongadas. Además, la atención sanitaria y la asistencia social viven en la actualidad en dos mundos separados. Aunque esto ni constituye una dificultad para muchas cuestiones la realidad es que existe un ámbito de actuación (el llamado socio-sanitario) en el que se unen problemas de difícil delimitación que afectan a personas como las que acabo de mencionar.

Nuestra sanidad es capaz de resolver grandes problemas clínicos pero a día de hoy no hemos dado una respuesta satisfactoria a estas otras cuestiones tan frecuentes que condicionan el bienestar de tantos ciudadanos. No se pueden fragmentar a los seres humanos y abordar sus problemas correlacionados de forma separada, como temas desconectados entre sí. Lo que sí es cierto es que de forma creciente vemos personas que necesitan atención que ellos no saben definir como sanitaria o social pero que en cualquier caso les resulta completamente imprescindible para mejorar o resolver su situación. Es habitual constatar que la falta de cuidados sanitarios por problemas socio-familiares se deriva en hospitalizaciones innecesarias o prolongadas con el consiguiente consumo de recursos y gasto evitable. Al final os dejamos un video para que hagais vuestras propias reflexiones sobre como es nuestro sistema sanitario y ventajas e inconvenientes.


Fuentes

http://www.expansion.com/2009/11/26/opinion/llave-online/1259268466.html?a=5a419851e463bdf1b376098f7baa5236&t=1291307210

http://blogderozman.wordpress.com/2008/12/09/sostenibilidad-del-sistema-sanitario/

http://www.elpais.com/articulo/sociedad/sostenibilidad/sistema/sanitario/publico/elpepusoc/20100415elpepusoc_2/Tes

http://www.youtube.com/watch?v=M9Qa_2NoFSQ

Imágenes descargadas de Google

Trabajo realizado por: Pablo Pascual Espinosa y Alejandro Fernández Gómez 2º BACH A

1 comentario:

  1. ¿Las opiniones son vuestras o de quién? Hay que contrastar, esto es un blog de trabajos informativos no de opinión.

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