domingo, 7 de noviembre de 2010

La División Azul.

En los libros de historia cuando se habla de la Segunda Guerra Mundial, la España de Francisco Franco no aparece en las grandes batallas.

Personajes como Hitler, Stalin o Churchill son los nombres que si aparecen; sin embargo, hubo batallas y una tropa que era española y que combatió en esta maléfica guerra: La “250. Einheit spanischer Freiwilliger” o División Azul.

España no actuó como tal en la Segunda Guerra Mundial, ni Hitler, con la Legión Cóndor, ayudó tampoco a Franco de manera oficial durante la Guerra Civil, claro.
El dictador ferrolano se sentía en deuda con el mandatario nazi por esa pequeña “manita” contra los republicanos en la guerra, así que mandó a combatir a Leningrado a un grupo de voluntarios, soldados falangistas que marcharon “por su propia voluntad”, para no deber nada.

El ministro de exteriores de la época, Ramón Serrano, creó la División, mientras Franco mandaba la oferta de ayuda a Berlín. En junio de 1941 Hitler la aprobó y empezó a funcionar la tropa (alrededor de 18000 hombres en principio).
La mayoría de los integrantes eran falangistas que habían actuado ya en la Guerra Civil. Durante sus dos años de existencia, la 250 tuvo dos generales: Agustín Muñoz Grandes, el más destacado con 9 heridas acumuladas de la guerra, y posteriormente Emilio Esteban Infantes.

El nombre del grupo procede de una exaltación patriótica. Al llegar a Alemania se les obligó a tomar el uniforme del ejército nazi, los españoles se negaron a combatir con otros ropajes y, para llegar a un acuerdo, mantuvieron la camisa azul propia del ejército falangista. El resto del uniforme lo completaban chaqueta marrón, pantalón verde oscuro y boina roja.

El 20 de agosto de 1941 juraron lealtad a Hitler y a la lucha contra el comunismo.
La tropa fue destinada a Rusia, donde se fueron desplegando en regimientos por varios puntos del país, estableciendo el cuartel general al oeste de Nóvgorod, y siendo uno de sus asentamientos más importantes el de Leningrado.

Cuando el combate se desarrollaba bajo frío extremo, actuaba un cuerpo especial de la División, la Compañía de Esquiadores. También hubo un grupo de voluntarios aviadores, la Escuadrilla Azul, que se sumó al 27 grupo de Caza de la Luftwaffe.
Comenzada la acción, la división sufrió cuantiosas pérdidas, por lo que en 1942 se tuvieron que empezar a mandar refuerzos desde España, todos voluntarios claro.
Los Aliados presionaron a Franco para que retirase las tropas y este, viendo que el derrumbamiento del III Reich estaba próximo, accedió a una retirada escalonada en 1943.


Una gran parte de los integrantes de la División Azul se negaron a volver a España y fueron reagrupados en el ejército alemán.
De las 47000 personas en total que combatieron en Rusia, 5000 murieron y más de 8000 fueron heridas.
También fueron hechos prisioneros por los soviéticos 372 soldados, de los cuales solo unos pocos quedaron vivos cuando fueron liberados 12 años después.
Actualmente hay un monumento a los caídos en la División Azul en el cementerio de la Almudena.

Las intervenciones de la División Azul fueron muy importantes para la Alemania nazi, obteniendo entre soldados y oficiales las siguientes condecoraciones alemanas: dos cruces de caballero, dos cruces de oro, 138 cruces de hierro de primera clase y 2359 cruces de hierro de segunda clase.

Historias “desconocidas” como esta abundan en cualquier guerra. Esta es una historia protagonizada por hombres de azul, que muestra los actos a los que el patriotismo exacerbado puede llevar al hombre, hombres que dieron la vida voluntariamente por unos ideales alejados de toda moral y de color azul, tan negro como el fondo marino... pero azul.

-¿Más?... -dijo el hada. Yo tenía entonces
clavadas las pupilas
en el azul; y en mis ardientes manos
se posó mi cabeza pensativa...
Azul (Rubén Darío) 1888.

¡Ha muerto mi capitán! Doblen todas las campanas. Que se callen los sollozos y se rompan las gargantas y que nadie añada llantos al silencio de las armas.
(Cántico de la División).



HIMNO DE LA DIVISIÓN AZUL:
Se compuso como homenaje a los combatientes españoles en Rusia. Interpretada por primera vez un 8 de diciembre de 1941 en el Teatro Calderón de Madrid en un Festival–Homenaje a la División Azul. La letra es de José María Alfaro y Agustín de Foxá, y la música del maestro Juan Tellería. Aparece en "Himnos y Canciones" en 1942.

Con mi canción
la gloria va
por los caminos del adiós,
que en Rusia están
los camaradas de mi División.
Cielo azul
a la estepa desde España llevaré,
se fundirá la nieve
al avanzar, mi capitán.
Vuelvan por mí
el martillo al taller,
la hoz al trigal.
Brillen al sol
las flechas en el haz
para ti,
que mi vuelta alborozada has de esperar
entre el clamor
del clarín inmortal.
En la distancia queda
gozo del hogar
con aires de campanas,
vuelo de la paz.
Resuenan los tambores;
Europa rompe albores,
aligerando nubes
con nuestro caminar.
Con humo de combate
yo retornaré,
con cantos y paisajes
que de allí traeré.
Avanzando voy;
para un mundo sombrío
llevamos el sol;
avanzando voy
para un cielo vacío
llevamos a Dios.

El vídeo es hecho por nosotros.
Las imágenes son de google images.
La información está sacada de Wikipedia y de la página: http://losmasgrandesdelahistoria.blogspot.com/2008/05/la-gloriosa-division-azul.html
Trabajo realizado por: Víctor Doña Grimaldi y Azael Durán Vela, 2ºBachiller A.

1 comentario:

  1. A ver si me explicais qué hacen los versos de Rubén Darío en este trabajo, que me hubiera gustado algo más frío, la verdad, sin las exaltaciones patrióticas (cualquiera sabe quién o quiénes han hecho la página que habeis consultado, sin confrontar la información con otras fuentes).

    ResponderEliminar