Me ha dado que pensar que nosotros estamos en una zona de España muy parecida a la japonesa ya que también tenemos algunos movimientos sísmico pero de poca intensidad .La clave está en la actividad sísmica de las placas tectónica que se produce en la falla de las Azores y Gibraltar.
En 1755 se produjo un maremoto en Lisboa en el cabo de San Vicente y provoco un tsunami que llego a las costas de Huelva y Cádiz.
En el barrio de la Viña el agua fue arrasando todo lo que iba, encontrando a su paso .En la iglesia de la Palma estaba un sacerdote dando misa y saco el estandarte de la hermandad y un Crucifijo a la puerta de la iglesia y en ese momento las aguas se pararon .Y a la altura que el agua llegó pusieron un cuadro de la Virgen de la Palma para conmemorar el milagro.
Si esto volviera a pasar según los expertos tendríamos 45 minutos para poder ponernos a salvo, ya que si todos intentáramos salir de la ciudad seria poco aconsejable por el colapso que provocaríamos .Lo más idóneo seria subir a los edificios de más de 5 plantas y de estructura de hormigón y esperar que la ola de 10 metros de altura que se produciría pasara ya que a su paso arrasaría con todo lo valla encontrando.
Según explican los centros de vulcanología y sismología, los temblores de baja magnitud y los que producen desplazamientos de tipo horizontal en el fondo oceánico no generan tsunamis.
Como no se puede predecir un terremoto, tampoco puede preverse un tsunami. Pese a ello, una vez que se produce el seísmo en el mar con unas determinadas caracteriticas, si se puede pronosticarse las áreas que pueden verse afectadas por un tsunami. Uno de los indicios que puede alerta de la llegada de un tsunami es la bajada de la marea .Casi siempre antes de su llegada, el mar se retira de la orilla como si bajara rápidamente la marea.
El tiempo varía en función de lo cerca o lejos que se haya producido el maremoto. Así, se puede predecir el tiempo que tardara en llegar a las costas atendiendo a algunos factores como el epicentro y la magnitud del seísmo o la velocidad a la que viajan las olas.
Depende de la fuerza del terremoto que lo haya generado. Los expertos hablan de simples milímetros hasta olas de más de 30 metros. Asi, señalan que en el fondo del océano las olas pueden no ser grandes, pero que cuando llegan a la costa ganan altura, pierden velocidad y arrastran con todo lo que haya a su paso.
Suelen alcanzar velocidades que van desde los 600 hasta los 800 kilómetros por hora. La velocidad varía en función de la profundidad del agua por la que viaja. Así, a más profundidad mayor velocidad.
Aunque existen zonas del mundo concretas con mayor probabilidad de llegada de tsunamis (especialmente el área del Pacifico), los expertos consideran que cualquier ciudad costera puede ser víctima de este tipo de fenómeno ya sea en mayor o menor medida.
Los expertos recomiendan ir hacia los centros de evacuaciones previstos en los planes de emergencias nacionales y aconsejan, si esto no es posible, situarse en un lugar ubicado a más de 30 metros por encima del nivel del mar.
Bastante pobre
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