Nació en Granada en 1910, en el seno de una familia muy conservadora.
Sus inicios en la formación literaria están relacionados con el entorno de artistas de la revista Gallo (aunque él nunca llegara a publicar en dicha revista), cuyos componentes: Enrique Gómez Arboleya, Manuel López Banús, Joaquín Amigo y Federico García Lorca, entre otros, se convertirán en grandes amigos suyos.
En 1930, tras un par de publicaciones en la revista vanguardista «Granada Gráfica» que no tuvieron gran relevancia, realiza su primera lectura poética en el Centro Artístico de Granada. Esta vez sí, el recital fue considerado un rotundo éxito, tal como se hizo eco la prensa granadina, y a partir de entonces su intervenciones en el Centro Artístico de Granada fueron numerosas. Meses después, en el mismo año, comienza sus estudios Filosofía y Derecho en la Universidad de Granada.
En 1932 se traslada a Madrid para continuar sus estudios de Filología, obteniendo el doctorado. Es en Madrid, donde comienza su amistad con Pedro Salinas y Jorge Guillén, los cuales lo introducen en la publicación literaria «Los Cuatro Vientos», la cual es considerada como la última revista colectiva del grupo de poetas de la Generación del 27. Es en el segundo número de dicha revista, en abril de 1933, donde colaboran los grandes intelectuales de la época como: Miguel de Unamuno, Benjamín Jarnés, Manuel Altolaguirre, María Zambrano, Luis Felipe Vivanco, Leopoldo Vivanco, Luis Rosales, Claudio de la Torre, Vicente Aleixandre. Donde Rosales publica sus primeros versos: «Égloga del sueño» y «Oda del ansia».
En 1932 se traslada a Madrid para continuar sus estudios de Filología, obteniendo el doctorado. Es en Madrid, donde comienza su amistad con Pedro Salinas y Jorge Guillén, los cuales lo introducen en la publicación literaria «Los Cuatro Vientos», la cual es considerada como la última revista colectiva del grupo de poetas de la Generación del 27. Es en el segundo número de dicha revista, en abril de 1933, donde colaboran los grandes intelectuales de la época como: Miguel de Unamuno, Benjamín Jarnés, Manuel Altolaguirre, María Zambrano, Luis Felipe Vivanco, Leopoldo Vivanco, Luis Rosales, Claudio de la Torre, Vicente Aleixandre. Donde Rosales publica sus primeros versos: «Égloga del sueño» y «Oda del ansia».
Continuó su actividad literaria en la revista «Cruz y Raya», dirigida por Pablo Neruda y José Bergamín. En la capital de España conoció a los Panero (Juan y Leopoldo) y a Luis Felipe Vivanco, compañeros de la que se conocerá después como Generación de 1936 (o de la Guerra), cuyos intereses comunes, además de su afinidad y camaradería, fueron su catolicismo intimista y su conservadurismo en lo social.
-Pablo Neruda sobre Luis Rosales:
«¿Qué decir de Luis Rosales a quien yo conocí naranjo, recién florido en aquellos años treinta, y que ahora es grave poeta, exacto definidor, señor de idiomas? Ahora lo tenemos lleno de frutos, exigente y profundo. Atravesó este mortal antipolítico el momento desgarrador de Andalucía y se ha recuperado en silencio y en palabra. Salud, ¡buen compañero!»
En agosto de 1936, recién iniciada la guerra civil española, Ramón Ruiz Alonso que era miembro de la CEDA arresta a Federico García Lorca Lorca que estaba refugiado en la casa familiar de los Rosales, creyendo estar a salvo de represalias por su afinidad a la Izquierda, ya que en esta familia había destacados miembros falangistas. En ese mismo fatídico año, muere también asesinado en el bando republicano, el catedrático de filosofía, miembro de los intelectuales creadores de la revista «Gallo» y muy amigo de ambos, Joaquín Amigo, el cual fue arrojado por el Tajo de Ronda.
Esas dos muertes marcan la vida, tanto personal como literaria, de Luis Rosales. En la obra de Rosales, tanto en «Un rostro en cada ola» como en su inacabado «Nueva York después de muerto», como en otros muchos escritos, se reflejan las influencias de ambos amigos.
En el año 1937 publica en el diario «Patria» de Granada, el poema «la Voz de los Muertos», probablemente uno de los poemas más importantes escritos durante la guerra civil, en el que Rosales escribe una elegía a todas las víctimas de ambos bandos, en el que quedan fuera cualquier expresión de triunfalismo o exaltación. Colaboró en la revista «Escorial»; y fue secretario de redacción y director de «Cuadernos Hispanoamericanos».
En el año 1937 publica en el diario «Patria» de Granada, el poema «la Voz de los Muertos», probablemente uno de los poemas más importantes escritos durante la guerra civil, en el que Rosales escribe una elegía a todas las víctimas de ambos bandos, en el que quedan fuera cualquier expresión de triunfalismo o exaltación. Colaboró en la revista «Escorial»; y fue secretario de redacción y director de «Cuadernos Hispanoamericanos».
A partir del año 1978 dirigió la revista literaria «Nueva Estafeta», única en su época por incorporar entre sus colaboraciones obras escritas en las distintas lenguas del Estado español, además del castellano, como: el catalán, el vascuence o el gallego. Ideológicamente fue evolucionando desde las ideas autoritarias de su juventud hacia posiciones democráticas en su madurez.
En 1962 ingresó en la Real Academia Española, aunque no leyó su discurso de ingreso titulado: «Pasión y Muerte del Conde de Villamediana», hasta 1964. Fue consejero de don Juan de Borbón y apostó activamente, alentando a las izquierdas y derechas por unirse y apostar por la restauración de la monarquía en España, primero por don Juan de Borbón y posteriormente por don Juan Carlos de Borbón.
En 1962 ingresó en la Real Academia Española, aunque no leyó su discurso de ingreso titulado: «Pasión y Muerte del Conde de Villamediana», hasta 1964. Fue consejero de don Juan de Borbón y apostó activamente, alentando a las izquierdas y derechas por unirse y apostar por la restauración de la monarquía en España, primero por don Juan de Borbón y posteriormente por don Juan Carlos de Borbón.
Luis Rosales y don Juan de Borbón en Estoril
En 1982 recibió el Premio Cervantes, el galardón literario más importante de cuantos se conceden a la obra en lengua castellana.
En el año 1970 es nombrado asesor del director del Instituto de Cultura Hispánica y en 1973 es nombrado director del Departamento de Actividades Culturales de dicho Instituto.
Entre los años 1986 y 1992 colaboró de manera periódica con el diario ABC, bien escribiendo en una columna o publicando en el suplemento semanal que ese diario tenía por entonces, llamado «Blanco y Negro».
Estilo poético
La obra de Luis Rosales, que abarca todo el periodo histórico de la posguerra, fue evolucionando desde un clasicismo a un estilo propio cercano al vanguardismo surrealista. Se suelen distinguir dos periodos en su obra, una más preocupadas por cuestiones estéticas, cercana al clasicismo garcilasista, y otra posterior de experimentación vanguardista. Ambas se funden en La casa encendida, donde la estética ya no suponen una preocupación, sino el ejercicio de técnicas que ya domina.
A grandes rasgos, el estilo literario de Rosales se caracteriza por:
-El dominio de la técnica poética.
-La construcción del poema bajo presupuestos de sencillez espiritual y sentimental.
-El dominio y facilidad de uso del verso rimado o libre, según le convenga al tono del poema o al tema tratado.
-La ausencia de adjetivos, resaltando la sustancia de las cosas.
En cuanto al contenido, se ha hablado de la poesía de Rosales como la «poesía de lo cotidiano». El amor aparece en toda su obra de forma sosegada y tranquila, así como la memoria y el recuerdo. El periodo de posguerra se caracteriza, además, por el sentimiento religioso.
Trabajo realizado por: José María Muñoz de la Rosa y José Antonio Marín Cabral 2º BACH A
Fuentes:
-Información: http://bucarest.cervantes.es/es/biblioteca_espanol/biografia_francisco_ayala_espanol.htm
-Imágenes: Google Images y Wikipedia.
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